sábado, 23 de junio de 2007

De las desilusiones de mi infancia

Capítulo I: El Ratón Pérez

¿Quién fue la mente macabra y perversa capaz de poder inventar a un ratoncito que intercambiase plata por dientes? Cuál es el fin de jugar tan impunemente con la ilusión de los más pequeños? Que el careta de Papa Noel no existiese vaya y pase. Enterarme de que los reyes magos eran dealers de macoña y floripondio se entiende… ahora no pienso tolerar que se hayan divertido a mis expensas con la vil patraña del ratoncito.
Cuanta inocencia en creer que un asqueroso roedor venía a buscar los cochinos y hediondos dientes que caían de mi boca a cambio de plata.
Señores padres ustedes son cómplices en todo esto, nadie sabe que hubo una generación de infantes que se inmoló los incisos, premolares y colmillos a fin de recibir los mezquinos mendrugos que ustedes dejaban debajo de la almohada . De haber justicia divina en este mundo todos aquellos que fuimos engañados y manipulados por nuestros padres deberíamos crear y someterlos a personajes como la hormiguita González que deja centavos a aquellos que tengan problemas de próstata o el sapito López que deja chocolates a los que tienen problemas de artrosis

Finalmente el ratoncito Pérez es otro invento para fomentar y reforzar el sistema capitalista y el intercambio monetario junto con el marketing, el día de San Patricio, Macaya Marquez, el Alto Palermo y las pulseritas de la fundación del Pupi Zanetti

A continuación historias de vida relacionadas con el Ratoncito Pérez

Alberto Cando de 59 años descubrió una noche a sus 5 años que su madre era efectivamente el Ratoncito Pérez y su vida ya no fue la misma. Hoy es motochorro y hace salideras en el banco Comafi de Aldo Bonzi

Inés Benavides no recibió plata cuando se le cayó un colmillo a los 7 años. A partir de ese momento se dio cuenta que la vida es injusta. Hoy a los 63 años sigue a Almirante Brown a todos lados de la cabeza y sube videos eróticos a You Tube.

Pablo López decidió decirle a su hijo de 3 años, Nahuel, que el ratoncito Pérez no existía. Nahuel repitió 6 veces cuarto grado y se unió al fan club una experiencia religiosa de Enrique Iglesias. Tiene como hobby prender fuego los trenes sino salen a horario.

viernes, 8 de junio de 2007

El taxista pesimista

Es un masculino de entre 50 a 65 años que generalmente maneja un Peugeot 504 o Renault 9.
Este espécimen no presta un servicio sino que se encarga de hacer los viajes de sus pasajeros un vía crucis, es símil a viajar en un sarcófago.
Gusta de atacar a sus presas de manera individual y tiene la capacidad innata y ruin de detectar cuando el pasajero no quiere interactuar para iniciar un diálogo deslizando su frase de cabecera: "que loco esta el tiempo."
Siempre tiene una objeción para con el clima: si hace frío porque hace frío y se despacha con una anécdota incomprobable de su niñez recordando aquella vez que nevò en la Capital Federal y si hace calor porque hace calor y que èl jamás recordó un verano tan caluroso. Puede pasar décadas hablando del clima donde explaya incongruentes teorías y plantea absurdas hipótesis con bufonescas conclusiones.
Por lo general trabaja en turnos nocturnos y sintoniza radios que nadie jamàs en la vida
escucharìa, añora las èpocas doradas de FM Horizonte 94.3 y tiene orgasmos de placer auditivos con el Negro Oro y con el esperpento de Ari Paluch.
Es terriblemente egocèntrico y se jacta de conocer a la Capital como nadie. Cuando uno indica la direcciòn de destino, inmediatamente elabora el trayecto por el que se va a llegar màs rapido.
Menciona absolutamente todas las calles a recorrer no importa que uno tenga que recorrer 20 cuadras por la misma calle en lìnea recta, èl conoce otro camino mejor. Es muy frecuente que se equivoque el nombre de una calle a propòsito para decir que ese es el nombre de la calle pero del otro lado de Rivadavia y demostrar que no es ningùn improvisado.

Comenta lo peligrosa que esta la noche y lo mal que se maneja sobre todo los adolescentes que van todos en "curda". Cuenta choques que viò en Crònica TV como si le hubiesen ocurrido a èl.
Menciona que en "sus 15 años arriba del taxi nunca se vivio una situaciòn asi".

El momento cùlmine del viaje, el clìmax mismo, es cuando cuenta la anècdota de la vez que le robaron, anècdota que habrà contado màs de 3000 mil veces y a la que cada vez le va agregando màs detalles sensacionalistas producto de su fanatismo por la sexta ediciòn de Crònica y Policìas en Acciòn.

Siempre pero siempre critìca al Presidente (sea el que fuese) y detesta a los piqueteros porque son unos "negros de mierda" que nos les gusta trabajar y que por culpa de ellos
tenemos "el país que tenemos" y redondea el concepto con un categórico: "hay que matarlos a todos"
Desconoce el concepto de onda verde dado que un viaje de diez minutos equivale a un año canino.
El taxista pesimista està orgulloso de su retòrica y su amplio conocimiento sobre temas de coyuntura y de agenda polìtica producto de repetir como un loro barranquero lo que escucha en Radio 10. Este destructor de tìmpanos està convencido de que es un erudito y una persona interesentìsima que conoce a fondo la economìa y el problema de la Argentina.

Cuando uno finalmente llega destino gusta despedirse con frases como:

"y bue... es lo que nos toco" o "no queda otra que seguir" y mientras tanto nos engrampa diciendonos que no tiene monedas para darnos de vuelto